La muerte de García Sánchez, conde de Castilla (año 1028)


Los orígenes del condado de Castilla se remontan a una división administrativa del reino astur-leonés surgido en el siglo VIII después de la conquista árabe de la Península. El condado se situó originalmente en la zona de la Bardulia (al norte de la provincia de Burgos), así llamada por la tribu de los bárdulos que la habitaba; el primer conde castellano fue designado allá por el año 860 por el rey Ordoño II y su nombre era Rodrigo.
El condado fue ganando cierta independencia respecto del reino leonés en función de los avatares políticos y militares de la región. La figura del considerado como primer conde independiente de Castilla, Fernán González, se sitúa entre la historia y la leyenda. Narra esta que, prendado el rey Sancho I de León de un azor y un caballo propiedad del conde castellano, este se los cedió a cambio de la promesa del monarca de abonar más adelante un pequeño precio que se incrementaría por cada día que pasara. Cuando años más tarde el rey se acordó llegó la hora de hacer el pago, la deuda era tan enorme que el rey no tuvo más remedio que ceder el condado a Fernán. El inicio de su gobierno se sitúa alrededor del año 930 y murió en 970.
Más allá de este legendario relato, y aunque no es el objetivo principal de esta entrada, baste decir que la paulatina independencia del cada vez más fuerte condado castellano se basó en las divisiones y dificultades dinásticas y militares del reino leonés y al cambiante juego de alianzas entre los dominios peninsulares tanto cristianos como musulmanes. No se trató tanto de que Fernán González fuese el primer conde independiente de Castilla como de que lograra unificar diferentes territorios como parte de Castilla y asentar al condado castellano como una fuerza decisiva en la fijación de las políticas del reino leonés, llegando a lograr situar a su yerno Ordoño IV en el trono leonés. Adicionalmente, gracias a esta predominante posición consiguió dar finalmente el paso de vincular la sucesión del condado castellano a su propia estirpe y no al nombramiento decidido por el monarca leonés de turno
Así, a Fernán Gonzáles le sucedieron su hijo García Fernández, el de este Sancho García y el de este último, el protagonista de nuestra historia García Sánchez (todavía se mantenía la costumbre de que los hijos no heredaran el apellido de su padre, sino que tomaran el nombre propio de este como apellido).
Los datos históricos que nos han llegado sobre la figura de García Sánchez no son muchos. Cuando murió su padre en el año 1017, el nuevo conde era menor de edad (alrededor de siete años), por lo que el condado se situó bajo la regencia de su tía Urraca y un consejo de notables. En León reinaba Alfonso V y en Pamplona Sancho III, casado con la hermana del nuevo conde castellano, de nombre Munia (o Mayor).
El condado castellano, si bien poderoso y extenso, no estaba exento de conflictos territoriales con sus reinos vecinos, tanto al oeste (León) como al este (Pamplona) y no contribuía a su estabilidad la minoría de edad del nuevo conde. A medida que Sancho se aproximaba a la mayoría de edad se hacía necesario buscarle una esposa y la candidata natural era la princesa leonesa Sancha, hija de Alfonso V. Esta aportaría como dote las tierras situadas entre el Cea y el Pisuerga, poniendo así fin al conflicto entre Castilla y León por las mismas.
El matrimonio iba a hacerse efectivo en 1028 cuando García alcanzase su mayoría de edad, pero en ese año se produjeron varios sucesos que hicieron que nunca se llevara a efecto. En primer lugar, el rey leonés Alfonso V falleció en el asedio de Viseo, por lo que el trono pasó a su hijo Bermudo III, que al igual que anteriormente el conde castellano era menor de edad. A pesar de ello se decidió seguir adelante con el enlace, por lo que el conde se puso en marcha desde Burgos hacia León en una comitiva de la que formaba parte su cuñado Sancho III de Pamplona.
Pero cuando el novio se encontraba ya en León preparándose para los esponsales, falleció en extrañas circunstancias. La primera fuente que menciona la hipótesis del asesinato es la Crónica Najerense, de la segunda mitad del siglo XII (es decir más de cien años después de que se produjera el óbito del conde). Posteriormente otras fuentes hablan del asesinato de García Sánchez y apuntan a la familia alavesa de los Vela como responsables del mismo. El cantar de gesta Romanz del Infant García y los Vela apuntaló esta tesis e incidió en que García Sánchez fue vengado por su cuñado Sancho III de Pamplona, que sitió a los Vela en su castillo y les dio muerte.
Posteriormente, otros autores, apuntando al conocido principio según el cual para conocer el autor de un crimen hay que preguntarse quién se aprovecha del mismo, se decantan por considerar que detrás de la muerte de García pudo encontrarse Sancho III de Pamplona. Cierto es que el fallecimiento del conde castellano trajo como consecuencia que el rey pamplonés, a través de su esposa Munia (hermana de García) se hizo con el dominio del condado castellano, pero no existe evidencia histórica alguna ni de que García Sánchez muriera asesinado ni, si fue así, de la implicación del navarro en la muerte de su cuñado.
[caption id="attachment_7920" align="alignleft" width="200"]200px-monasterio_de_oc3b1a-exterior_2 San Salvador de Oña, donde fue enterrado García Sánchez[/caption]
Fuese cual fuese la causa de la muerte de García Sánchez y quién fuese responsable de la misma, lo que sí es cierto es que su óbito puso fin a la estirpe de Fernán González como condes de Castilla. El hijo de Sancho III de Pamplona Fernando, pasaría a la historia como Fernando I el Magno y terminaría dividiendo el reino entre sus hijos Sancho (al que dio Castilla) y Alfonso (al que otorgó León), al que se conoce como Alfonso VI y que recuperó Toledo en 1085… pero esa es otra historia.
Fuentes| José Ignacio Ortega Breve historia de la Corona de Castilla

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