Alfonso Froilaz y Sancho Ordóñez, los reyes de León que no «subieron al marcador»


Todo el mundo asocia rápidamente los nombres de Alfonso X con su sobrenombre de El Sabio o de Alfonso XII con la copla «dónde vas, triste de ti». Alfonso es el nombre más repetido entre los reyes asturiano-leoneses-castellano-españoles (si se me permite esta forma de expresar los reinos que se sucedieron para el cómputo que nos interesa), pues trece monarcas hasta la fecha se han llamado así. Oficialmente.
Efectivamente, esta correlación de los ordinales de los dos monarcas arriba citados (y de todos los demás con el mismo nombre después de Alfonso III) hubiera cambiado si se hubiera computado en la lista de los reyes Alfonsos al hijo de Fruela II (en la imagen), Alfonso Froilaz.
Algo parecido, aunque con menos influencia en número e importancia, sucede con el número de reyes que han llevado el nombre Sancho. Serían cinco en vez de cuatro si se hubiera computado entre los reyes de León a Sancho Ordóñez, primogénito de Ordoño II.
¿Por qué los nombres de estos dos monarcas no «subieron al marcador»? ¿Y quién fue el responsable de que no lo hicieran?
La primera de las dos cuestiones se responde por la fugacidad y escasa relevancia del mandato de ambos. Para contextualizar la situación debemos situarnos en el año 910, momento del fallecimiento de uno de los más relevantes reyes de Asturias, Alfonso III el Magno.  No es objeto de esta entrada analizar su reinado. Para lo que nos interesa baste decir que a pesar de sus notables éxitos en la lucha contra los musulmanes los últimos años de su reinado fueron complicados por las rebeliones internas, especialmente de su hijo García. Mientras Alfonso se retiraba a Boides (en el valle de Valdediós, Asturias) sus tres hijos se repartían el gobierno del reino, aunque ninguno de ellos se tituló rey en vida de su padre: García regía en León, Ordoño en Galicia y Fruela en Asturias.
A la muerte de Alfonso III parece que se consolidó esta división del reino. García I fue coronado en León y sus hermanos siguieron gobernando en Galicia y Asturias, posiblemente con algún grado de subordinación a él. Se considera a García como el responsable del traslado de la capital del reino a León, porque según apunta Gracia Noriega, «Oviedo ya empezaba a quedar lejos de la frontera, por lo que trasladar la corte a León no fue tanto audacia como necesidad».
El reinado de García I fue breve, pues murió en 914. Le sucedió su hermano, Ordoño II y cuando este falleció en 924, subió al trono leonés el tercer hermano, que gobernaba en Asturias, Fruela II, que solo sobrevivió un año en el trono, pues murió en 925. Y aquí comienzan los reinados que nos interesan.
La designación de Alfonso Froilaz (hijo de Fruela II) como heredero de su padre fue rápidamente contestada por sus primos e hijos de Ordoño II, los Ordóñez (Alfonso, Sancho y Ramiro), que contaron con numerosos apoyos para desalojar del trono a Froilaz. Lo que ocurre es que los hermanos Ordóñez no se pusieron de acuerdo sobre quién de ellos debía liderar la rebelión y ceñir la corona. En un breve espacio de tiempo ostentaron el trono Alfonso Froilaz, Alfonso Ordóñez y Sancho Ordóñez, antes de que el primero de estos dos hermanos volviera a rebelarse contra Sancho (apoyado por el rey de Pamplona con cuya hermana estaba casado) y se asentara definitivamente en el trono con el nombre de Alfonso IV.
Respecto de la segunda cuestión que planteábamos, quién tomó la decisión de eliminar de la lista de reyes leoneses a Alfonso Froilaz y Sancho Ordóñez, la responsabilidad de la misma corresponde a Alfonso X el Sabio, quien en en siglo XIII numeró a todos los reyes que le habían precedido y decidió arbitrariamente que la brevedad del mandato de estos dos monarcas no les hacía dignos de figurar en el listado de reyes de Asturias, León y Castilla.
Alfonso IV gobernaría durante cinco años antes de renunciar al trono en favor del tercero de los hijos de Ordoño II, su hermano Ramiro II, aunque luego se arrepintió de esta decisión... pero esa es otra historia.
Fuentes|
Ricardo Chao Prieto. Historia de los reyes de León. Rimpego editorial.
José Ignacio Gracia Noriega. Don Pelayo, el rey de las montañas. La Esfera de los Libros. 1ª edición. Madrid 2007.

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