Batalla de Albelda (859): Ordoño I de Asturias contra Mûsá Ibn Mûsa de los Banu-Qasi

Año 859. Reina en Asturias desde nueve años antes Ordoño I, hijo de Ramiro I. Con estos dos monarcas se ha impuesto definitivamente en el trono de Oviedo la línea sucesoria cántabra de Fruela Pérez frente a la extinguida estirpe del primer rey asturiano Don Pelayo. Ordoño I está tratando de imponer en la zona este de su reino la misma política repobladora que ha seguido en el valle del Duero, tras la relativa despoblación de dicha zona impuesta por el hermano de Fruela Pérez, Alfonso I, que reinó entre los años 739 y 757 y que fomentó el traslado a Asturias de los cristianos de las poblaciones que atacaba en esa zona, al tiempo que mataba a los musulmanes de las mismas.
No es objeto de esta entrada trata a fondo el reinado de Alfonso I ni la despoblación del valle del Duero. Baste decir que para mucho autores ese concepto, defendido por Sánchez Albornoz, ha sido superado. Sostienene la tesis de una desocupación relativa de las poblaciones del valle del Duero, fomentando la llegada a Asturias de los habitantes cristianos de la región, pero que no llegó a ser tan radical como para dejar deshabitada toda la zona.
[caption id="attachment_9534" align="alignleft" width="220"]Alfonso I[/caption]
Ni en Asturias había territorio para acoger a toda esa población, ni Alfonso I tenía fuerza suficiente para imponer a todos los habitantes de tan amplia zona que dejaran sus propiedades. Parece más bien que cuando las fuentes medievales usan el termino despoblar se refieren a zonas que dejaron de encontrarse bajo el paraguas de una organización administrativa. Así, núcleos que habían albergado sedes episcopales (Salamanca, Palencia, Osma, Ávila) dejan de ser mencionados en las crónicas, tanto latinas como musulmanas. Esto supone que quienes siguieron habitando estas zonas (en menor número, eso sí) no se encontraban sometidos a un poder central, ni cristiano ni musulmán, ni, por tanto, a una autoridad reconocible. Se trató más de una tierra sin ley que de una tierra sin gente.
Volviendo a Ordoño I, decíamos que la política repobladora, con el significado arriba reseñado, del valle del Duero que había llevado a cabo en lugares como León y Astorga tropezaba para acometerla en la cuenca del Ebro con una dificultad representada por un hombre y un lugar: Mûsá Ibn Mûsa y el castillo de Albelda.
Mûsá Ibn Mûsa, gobernador musulmán, pertenecía a la poderosa familia de los Banu-Qasi. Su nombre deriva del conde Casio, que fue uno de los nobles de la Hispania visigoda que tras la invasión árabe del año 711 habían aceptado el dominio de los musulmanes a cambio de conservar sus propiedades y convertirse al Islam. Desde entonces esta familia era la más notable de la Marca Superior, la demarcación administrativa de la zona norte de la al-Andalus musulmana, de la que nuestro Musa era gobernador.
La madre de Mûsá Ibn Mûsa, Oneca, se unió al padre de este tras quedar viuda del caudillo del naciente reino de Pamplona, Iñigo Arista, con quien había tenido dos hijos: Fortún e Iñigo Íñiguez. En la época de Ordoño I gobernaba Pamplona el hijo de este último, García Íñiguez, pariente como sobrino, y aliado de los Banu-Qasi.
En el año 852 Ordoño I había tenido que acometer una rebelión de los súbditos vascones de su reino y en el transcurso de esta campaña se encontró también con una aceifa musulmana sobre la zona. Aunque Ordoño salió victorioso del enfrentamiento tanto con los vascones como con los árabes del príncipe Al-Mundir, la circunstancia fue aprovechada por Musa para tomar y fortificar la estratégica plaza de Albelda, en la zona limítrofe con La Rioja y clave para controlar los movimientos en el valle del Ebro. Ordoño trató de poner fin a esta amenaza, pero tras un largo enfrentamiento sin resultado claro, no pudo desalojar a Musa de Albelda. La alianza de este con su pariente García Íñiguez no facilitó las cosas a Ordoño I.
[caption id="attachment_9535" align="alignright" width="243"]Mûsá Ibn Mûsa[/caption]
Pero una circunstancia imprevista vino a modificar esta situación. En el año 859 se produjo un ataque vikingo sobre Pamplona. Los normandos tomaron como rehén a García Íñiguez quien al cabo de un año fue liberado a cambio de abonar un rescate de 90.000 piezas de oro. Pero durante ese año Mûsá Ibn Mûsá no movió un dedo en ayuda de su pariente, lo que hizo trizas la alianza entre los pamploneses y los Banu-Qasi.
Musa aprovechó para realizar diversas aceifas sobre la zona de La Rioja y Navarra tomando ventaja de la excelente posición estratégica de su plaza fuerte de Albelda, a la que decidió fortificar todavía más. Esta amenaza hizo que Ordoño I se decidiera a actuar contra una construcción que no solo ponía en riesgo de ataque constante las posesiones en el este de su reino, sino que hacía inviable que pudiera seguir en el valle del Ebro la misma política de repoblación que había llevado a cabo en el Duero.
Tras asegurar una alianza con García Íñiguez (al que prometió con su hija Leodigundia) que evitaba que este apoyase a Musa, Ordoño I se dirigió al frente de su ejército a Albelda. Al enterarse, Musa acudió en ayuda de su fortaleza. Mientras una parte de las fuerzas de Ordoño mantenía el sitio, el resto se enfrentó al Banu-Qasi en el monte Laturce (conocido como El collado de Clavijo). El resultado fue una gran victoria asturiana, causando una gran mortandad entre los musulmanes y la huida gravemente herido de Musa. Una semana después Albelda caía y su población era masacrada por los cristianos.
Esto provocó la reacción del emir de Córdoba Muhammad I y derivó en una derrota asturiana en la batalla de la Cruz de la Morcuera... pero esa es otra historia.
Fuentes| Juan Carlos Cádiz Álvarez. Prehistoria. Asturias antigua. El Reino de Asturias. Su consolidación. Ediciones Nobel.