Tribulaciones de un rey adolescente: Ricardo II de Inglaterra y "The Peasant's Revolt" (1381)

Ricardo II se dirige a los miembros de la Peasant´s Revolt

En 1376, con sólo diez años de edad,  Ricardo II se convierte en rey de Inglaterra tras el fallecimiento de su abuelo Eduardo III; Ricardo hereda el trono porque antes de morir su abuelo lo había hecho su padre "El Príncipe Negro".  A ambos personajes les dedicamos un artículo en este blog (ver enlaces).

La situación del niño-rey es complicada, tanto por las luchas de poder durante su minoría de edad entre las diferentes facciones de la corte (sobre todo la liderada por el tío del rey Juan de Gante), como por la creciente situación de descontento y protestas de la población debido a la complicada situación económica del país. Es este segundo aspecto el objeto de esta entrada.

Para situarnos en el entorno en el que se produjeron los hechos que vamos a narrar hay que tener en cuenta en primer lugar que Europa acababa de pasar por la peor epidemia de su historia, la conocida como "Peste Negra", que a mediados del siglo XIV asoló el continente y acabó con la vida de prácticamente una tercera parte de su población. Ello produjo como consecuencia que el número de mano de obra disponible para atender a las tareas del campo se vio drásticamente reducido. En Inglaterra, como en otros países, la tierra era propiedad de los nobles, quien la arrendaban a los siervos de la gleba en unas durísimas condiciones que empeoraron al disminuir el número de trabajadores como consecuencia de la peste.

Además los ingleses sufrían una asfixiante carga de impuestos para cubrir la costosísima empresa de la larga e improductiva Guerra de los Cien Años contra Francia. Estos impuestos eran además especialmente gravosos e injustos para la gente de a pie que debían pagarlos casi en régimen de igualdad con los nobles del reino, a pesar de el diferente poder adquisitivo de unos y otros. Por otro lado, los nobles actuaban en su territorio a su libre albedrío contando con la anuencia (cuando no con la colaboración) de los representantes de la justicia real y en contra de los ciudadanos corrientes.

Así las cosas era cuestión de tiempo que la población del campo y de las ciudades se rebelase contra la situación. Aunque las primeras mechas prendieron en 1380, el verdadero incendio estalló en 1381 y se le conoce con el nombre de "Peasant´s Revolt" o "Rebelión de los campesinos", a pesar de que en la misma tuvieron también un papel protagonista  representantes de las ciudades de todo el país.

Liderados por John Ball y Wat Tyler los rebeldes fueron convergiendo hacia Londres procedentes de los cuatro puntos cardinales, liberando a su paso a los reos de las prisiones (el mismo John Ball estaba preso en Canterbuy, donde fue liberado y se puso al frente de la rebelión). Una vez en Londres en número cercano a los 30.000 hombres sembraron el pánico, liberaron también a los presos en las cárceles de la capital y acamparon en Mile End, mientras el joven monarca permanecía encerrado en la Torre de Londres.

Como nadie parecía saber muy bien qué hacer, el rey decidió tomar la iniciativa y salir a parlamentar con los rebeldes; tras dos reuniones con ellos, en la segunda de las cuales Wat Tyler fue herido y detenido (posteriormente sería ejecutado), el adolescente monarca convenció a los rebeldes de que depusieran su actitud y volvieran a sus casas tras prometerles dar cumplimiento a sus reivindicaciones (destitución de los responsables de la política de impuestos, revisión de las draconianas condiciones de arrendamiento de las tierras y perdón para todos los implicados en la revuelta). Lo que no pudo evitar el rey es que muchos recaudadores de impuestos y autoridades políticas fueran ejecutados en toda Inglaterra antes de que la revuelta terminase.

Sin embargo, con una frialdad y madurez impropia de sus catorce años Ricardo consiguió poner fin a una rebelión que podía  perfectamente haber acabado con su reinado y con su vida, y todo ello a base de realizar unas promesas que en ningún momento tenía intención de cumplir.

Después de conseguir calmar las aguas y que los rebeldes volvieran a sus casas Ricardo revocó todas las disposiciones que había concedido en Londres e inició una política de detención y ejecución de los principales cabecillas (entre ellos John Ball). Cuando en Essex alguno de los antiguos rebeldes le recordó las promesas hechas y le instó a respetarlas, Ricardo II contestó airadamente calificándoles de "malditos, rústicos e indignos de vivir" y prometiéndoles que sus condiciones de vida y trabajo iban a ser más duras todavía.

De esta forma Ricardo II puso fin con éxito a uno de los peligros de su reinado; sin embargo no tuvo tanto éxito con la amenaza que tenía más cerca, la de su propia familia y su primo Henry Bolinbroke ... pero esa es otra historia.

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