Gail Devers, a una valla de la Historia


Los que sigáis mi blog, ya sabréis que aunque versa sobre curiosidades de la Historia, es algo atípico y que de vez en cuando incluyo historias deportivas, sobre todo de atletismo (Lasse Viren y Dick Fosbury ya han pasado por aquí).

Hoy escribo sobre una mujer que estuvo a punto de escribir una de las mayores historias en los Juegos Olímpicos y además fue en España: Gail Devers en Barcelona 92.

Las dos pruebas de carrera más cortas en atletismo son los 100 metros lisos y los 110 metros vallas en categoría masculina y 100 metros lisos y 100 metros vallas en categoría femenina. En ambos casos, evidentemente, la velocidad es esencial, pero en las pruebas de vallas esa velocidad debe ir combinada con una notable habilidad técnica. Por ello, aunque es habitual que haya vallistas que participen en los equipos de relevos 4x100de sus países, lo que no lo es en absoluto es que haya atletas que participen a la vez a título individual en las pruebas de 100 lisos y 100/110 vallas. De hecho, salvo la holandesa Fanny  Blankers-Koen en 1948 (Fanny es uno de los mayores mitos de la historia olímpica, pero esa es otra historia), ninguna mujer había conseguido ganar el título olímpico tanto en vallas como en lisos.

Sin embargo, hubo alguien más que estuvo a punto de conseguir la hazaña de ser campeona olímpica en unos mismos Juegos de 100 lisos y de 100 vallas: Gail Devers.

Gail se clasificó para defender a su país en Barcelona 92 tanto en los 100 metros lisos como en los 100 vallas; era la máxima favorita para ganar el título en las vallas y la expectación creció cuando antes de esa final consiguió el título olímpico en los 100 metros lisos. 

Llegó la hora de la final de los 100 metros vallas, y Devers se lanzó directa a la Historia liderando la carrera desde el principio. Tanto el público que se encontraba en el Estadio Olímpico como los que lo seguíamos por la televisión anticipábamos uno de esos momentos que alimentan los preciosos mitos de los Juegos Olímpicos cuando Gail afrontaba la última valla. De repente, incomprensiblemente, tropezó con la valla y fue adelantad por cuatro atletas. Incluso a pesar del tropezón, finalizó quinta a sólo once centésimas de esa medalla de oro por la que hubiera ascendido al Olimpo del atletismo (nunca mejor dicho). 

Gail Devers sí consiguió ambos títulos en los 60 metros del Mundial en pista cubierta de Toronto, pero no es comparable a haberlo logrado en unos Juegos Olímpicos.

Incorporo a este post el comentario que me manda el mejor vallista que ha dado este país, Javier Moracho, al que agradezco que haya leído y comentado este artículo: "viajé mucho con ella en el Grand Prix Mundial. Devers era muy rapida pero no era muy tecnica con las vallas."

Los habituales de mi blog sabéis que suelo recomendar los libros que me sirven de base para mis posts, pero que en el caso de historias deportivas mi inspiración obedece a recuerdos personales. En este caso, por primera vez voy a adjuntar un link a un video de YouTube: Gail Devers va por la calle número 2.





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