Alfredo “el Grande”, el rey sajón que detuvo la invasión danesa de Inglaterra.

Estatua de Alfredo el Grande en Winchester.


A finales del siglo VIII y durante buena parte del siglo IX Inglaterra sufrió los ataques de los vikingos procedentes de Dinamarca. Lo que empezó con rápidas incursiones con fines de robo y pillaje se fue convirtiendo poco a poco en una invasión en toda regla con fines de conquista y asentamiento. Hacia 870 habían conquistado los reinos anglosajones de Northumbria, East Anglia y Mercia y establecieron su capital en Jorvik (York).

En ese momento, los invasores daneses dirigieron sus ojos al reino anglosajón de Wessex. El rey Aehtelred y su hermano Aelfred (nuestro protagonista Alfredo) se dispusieron a hacer frente a la amenaza. La primera batalla tuvo lugar en Ashdown en 871 y las fuerzas sajonas dirigidas por Alfredo se impusieron a los daneses. Pero después los invasores se fueron imponiendo y Aethelred murió en combate. Alfredo heredó la corona en 871, pero el reino que heredó fue reduciendo su tamaño como consecuencia del empuje y las conquistas danesas, hasta el punto de que en 878 Alfredo se vio obligado a refugiarse con un pequeño grupo de leales en las marismas de Somerset. 

Y desde allí empezó la historia que motivó que se Alfredo sea conocido como “el Grande” y como el primer rey inglés. Construyó una fortaleza en Athelney (Somerset) y empezó a reclutar hombres para su ejército. Cuando estuvo preparado, se enfrentó a los daneses. La primera batalla se celebró en Edington en mayo de 878 y Alfredo derrotó a los invasores; después les persiguió hasta su fortaleza en Chippenham y les sitió hasta que los daneses rindieron la plaza. 

Las fuerzas de Alfredo habían sorprendido a los daneses con este movimiento, pero eran claramente insuficientes para una larga campaña para recuperar todo el terreno conquistado a los daneses. Era momento de firmar la paz con el rey danés Guthrum, que se convirtió al cristianismo (Alfredo fue su padrino) mientras sus hombres se instalaban en East Anglia. Posteriormente se acordó fijar la frontera entre el reino danés de Guthrum y el anglosajón de Alfredo, que no sólo recuperó el territorio de Wessex sino que incorporó a su reino zonas que antes no pertenecían al reino.

Alfredo dedicó el resto de su vida a consolidar sus conquistas, mejorando las defensas y el ejército ; además recopiló las leyes del reino  y ordenó y participó en la traducción a la lengua del país de numerosos textos en latín, tanto de cultura general como religiosos (era un hombre muy piadoso).

Consolidó las alianzas con otros reinos casando a sus hijas con el rey de  la vecina Mercia y con el conde de Flandes, cuyo poderío naval era muy importante en caso de futuros conflictos con los daneses. Además, utilizaba en las monedas y en las leyes que dictaba el título de Alfredo “King of the English”. Por este motivo y por haber detenido la invasión danesa y recuperado más territorio del que inicialmente era parte del reino de Wessex se le considera el primer rey inglés y se le conoce con el título de El Grande. Falleció el 26 de octubre del año 899.

La hija de Alfredo Aethelflaed, que se casó con el rey de Mercia, tiene también su propia importancia y una biografía interesantísima ... pero esa es otra historia. 

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